ALMO OPINION.- Alberto Benegas Lynch.-
El título de esta nota no se
refiere a la tan reiterada caída de reservas, ni a la expansión de la base
monetaria, ni a la crisis energética, ni a la asfixia que generan las mal
llamadas retenciones (en verdad impuestos), ni a los precios obligados por el aparato
estatal, ni a las idas y venidas en el mercado cambiario, ni a la creciente
liquidación de los marcos institucionales, ni a la colosal presión tributaria,
ni a los sucesos en el ámbito laboral, ni a los empresarios genuflexos y
prebendarios, ni los astronómicos gastos gubernamentales y creciente deuda
pública interna, ni el incontrolable déficit presupuestario, ni tantos otros
temas que ocurren en nuestra tierra.
A esta altura, es necesario mirar
desde otro ángulo, especialmente después del discurso por cadena nacional de la
Presidente luego de una abstinencia de 35 días. Argentina está paralizada
porque toda la llamada oposición y buena parte de la población se queda sin
aliento y solo atina a marcar contradicciones en cuanto a que la titular de la
Casa Rosada habló de los salarios en dólares cuando parece que no hay que
hablar de esa divisa (serán oficiales?). Pero conjeturamos que prácticamente
nadie criticará el anuncio de que el Estado, léase los contribuyentes,
entregará sumas a jóvenes entre 18 y 24 años que reúnan ciertas
características.
Esto es así porque la inmensa
mayoría considera que el aparato estatal debe jugar al Papá Noel y entregar
graciosamente el fruto del trabajo ajeno sin percatarse que, de ese modo, cada
vez habrá más gente bajo la línea de la pobreza. La conjetura se basa en la
lucha titánica de la mencionada oposición para atribuirse la paternidad de la
asignación universal por hijo y, ahora, ya hemos escuchado a quienes sostienen
que en su jurisdicción vienen aplicando el anunciado plan Progresar con otros
nombres y hay otras voces que se ufanan que ejecutarán algo parecido en un
futuro próximo.
Personalmente tengo una idea
mejor: ¿por qué no agregar sumas dinerarias para la franja de 24 a 36 años de
quienes están en dificultades, en una primera etapa para luego incorporar
también a los que van de 36 a 62 y, finalmente, los que van de 62 a 92 (que no
es un asunto menor) al efecto de cubrir todo el espectro de los que la pasan
mal que son cada vez más. Creo que es una buena idea para ganar elecciones a
pesar de encontrarnos en situación de quiebra.
¿No es acaso hora de darnos
cuenta después de más de siete décadas de fracasos en los que papá Estado crea
incentivos perversos al tiempo que se demuele el Estado de Derecho? ¿No es
acaso el momento de hacer un alto en el camino y comprender que el respeto
recíproco basado en la propiedad privada atrae inversiones que es lo único que
permite elevar el nivel de vida de todos, muy especialmente de la de los más
necesitados? ¿Es necesario recorrer el camino de Venezuela donde no hay ni
papel higiénico o de Cuba donde los niños deben escribir en sus cuadernos con
lápiz para que pueda borrar el siguiente alumno y anotar las instrucciones de
lavado de cerebro que impone el maestro-comisario de turno?
¿No es conveniente repasar
historia argentina para constatar que la visión alberdiana permitió que los
salarios e ingresos en términos reales de los peones rurales y los obreros de
la incipiente industria en este país eran superiores a los de Suiza, Alemania,
Francia y España y que la gente venía a hacerse la América hasta que
irrumpieron los fascismos populistas en los treinta acentuados en los cuarenta?
¿Por qué no ensayamos ser libres como en la época referida en la que
competíamos con Estados Unidos hoy lamentablemente latino americanizado?
Por último, ya que se mencionó el
llamado neoliberalismo en el discurso oficial de marras, reitero que es una
etiqueta inexistente puesto que ningún intelectual serio de nuestra época en
ninguna parte del mundo se reconoce bajo esa denominación. Se trata del
liberalismo, desafortunadamente del que no hay ni vestigios desde que en el
treinta, junto a la innecesaria quiebra del sistema institucional, el Leviatán
inauguró el control de cambios, instaló la banca central, el impuesto
progresivo y las juntas reguladoras en el contexto de una proyectada reforma
constitucional fascista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario